Programa de Recursos Públicos y Derechos Humanos

Los niños, niñas y adolescentes (NNA) más invisibilizados que nunca

En el reciente mensaje a la nación, con ocasión de las fiestas patrias, el Sr. Presidente de la República, apenas dedicó unos segundos para dirigirse a las NNA, en sus casi dos horas que duró su mensaje.
Y lo hizo para mostrar estadísticas de ejecución o avance de actividades. Por ejemplo dijo que el 80% de niños de 5 a 12 años están vacunados contra el COVID 19; también el avance en la distribución de Qali Warma que atendió a 4´197,000 estudiantes en más de 64,000 Instituciones Educativas distribuyéndose más de 93,000 toneladas de alimentos para el consumo de los niveles de educación inicial, primaria y secundaria. Cuando se refirió a la Política Nacional de Lectura, dijo que el 16.7% de estudiantes del segundo grado de educación primaria del ámbito rural, lograron nivel satisfactorio de lectura, mientras que en el ámbito urbano fue el 39.8%. No más, solo cifras duras de su gestión en el transcurso del año. Ninguna reflexión cualitativa, de cambio o transformación.
En su alocución, señaló sus avances y logros a nivel sectorial. Para el caso de los NNA correspondía estar atento a la información del ente rector: Mujer y Poblaciones Vulnerables. Sobre niñez, apenas se puede rescatar las referencias de sus intervenciones en familias, es decir, en el grupo humano donde están el padre, la madre y quizás muchos otros familiares. Dijo por ejemplo, que para mejorar la calidad del servicio de prevención y atención a las víctimas de violencia, a la infancia y la adolescencia, han reorganizado el Programa Nacional Aurora, los Centros de Atención Integral a las familias y las Unidades de Protección Especial.
También señaló (continuando su mensaje de estadísticas) el apoyo que siguen brindando a través de la Pensión por Orfandad a NNA, beneficiando a 19,000 huérfanos por COVID 19 y a 638 huérfanos cuyas madres fueron víctimas de feminicidio. También señaló que el gobierno ha reconocido 4 nuevas modalidades de violencia contra las mujeres e integrantes del grupo familiar: la explotación sexual de NNA, la violencia en los servicios de salud sexual y reproductiva, el acoso a través del proceso judicial y la desaparición por particulares. Finalmente, dijo que han entregado al Congreso el Proyecto de Ley que crea el Sistema Nacional de Cuidados.
Como se puede notar en los avances o logros reseñados a favor de la niñez peruana, se tiene una mirada casi centrada en la violencia familiar y de paso, solo de paso, en la niñez. No se puede dejar de reconocer la importancia de esta problemática, que afecta principalmente a las mujeres, pero pensamos que los NNA también están fuertemente afectados en el cumplimiento de sus derechos. La vacunación, el reparto de alimentos, y los pagos por orfandad, son considerados como servicios “para el desarrollo y la inclusión social”. En realidad, hay una mirada muy corta hacia los derechos de los NNA y en su integralidad, tal como lo establecen los instrumentos de derecho internacional, regional y las leyes nacionales,
especialmente, la Convención sobre los Derechos del Niño, todos los cuales obligan al país a la promoción, cumplimiento y vigilancia de sus derechos.
Tal vez ello tenga que ver con el poco peso político, técnico y de recursos del ente rector para la promoción y defensa de los derechos de la niñez y su atención integral. No se aprecian políticas específicas por ejemplo, contra la violencia, que estén al margen de las políticas de familia, y menos, asignaciones presupuestales específicas para la prevención, tratamiento, atención y reparación de casos de violencia de todo tipo para los NNA.

La Dirección General de NNA, como ente rector de la niñez peruana, está subordinada a las políticas de todo el Sector Mujer y Poblaciones Vulnerables y subsumida a la problemática común de las otras poblaciones vulnerables, especialmente de las mujeres, aún cuando el año pasado se haya aprobado la Política Nacional Multisectorial para las Niñas, Niños y Adolescentes para el 2030. Al respecto es necesario recordar y traer a colación, las Observaciones finales del Comité de los Derechos del Niño al Estado Peruano, con ocasión de los exámenes a los informes periódicos cuarto y quinto combinados del Perú, en enero del año 20161.
En el epígrafe A. de estas Observaciones: Medidas generales de aplicación, en las observaciones 11 y 12 correspondientes a los aspectos relacionados a la Coordinación, se señala: “El Comité observa que la Dirección General de Niñas, Niños y Adolescentes ha pasado a estar bajo la supervisión del Viceministro de Poblaciones Vulnerables del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables. Sin embargo, le preocupa que, pese a tener un rango más elevado, la Dirección General siga sin disponer de capacidad y de recursos suficientes para garantizar una coordinación y una aplicación efectivas de la Convención en todos los sectores y niveles de gobierno…”
En el artículo 12, el “Comité recomienda al Estado parte que confiera a la Dirección General de Niñas, Niños y Adolescentes el nivel suficiente de autoridad, conocimientos técnicos y capacidad para coordinar eficazmente todas las actividades relacionadas con la aplicación de la Convención en los planos intersectorial, nacional, regional, y local e invita al Estado parte a que considere la posibilidad de elevar la Dirección General al rango de Viceministerio. Además, el Estado parte debe proporcionar al Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables los recursos humanos, técnicos y financieros necesarios para su funcionamiento efectivo…”.

Estas recomendaciones e invitación para elevar el rango de la Dirección General no se han dado y es difícil que se pueda articular políticas y estrategias conjuntas con otros sectores y niveles de gobierno para lograr intervenciones integradas. Tal como lo informó el Sr. Presidente en su discurso, los avances y logros, son estadísticos, pequeños logros, si acaso, de cobertura de nivel sectorial. Queda pendiente una vez más el espíritu de los servicios integrados que se proclaman en la Convención sobre los Derechos del Niño. Si bien con la irrupción de la Convención se rompió el paradigma anterior del niño como sujeto de atención, está pendiente aún su reconocimiento en el país como sujeto de derechos, y no sólo contra las diversas formas de violencia (que caracterizan el paradigma anterior). Se requiere un reconocimiento total de sus derechos, de persona con valores intrínsecos por su condición de tal, y de paso, como futuro agente de cambio, de transformación, de crecimiento y desarrollo del país. Invertir en los NNA no sólo es ético y legal, también es económicamente rentable para el país.


1 Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables. Unicef. Observaciones finales sobre los informes periódicos cuarto y quinto combinados del Perú. Enero 2016.